80 LA MASONERÍA Y LAS MUJERES —
Sin embargo, desde esa misma oscuridad de los tiempos, es indudable —y hay vestigios de ello— que existen ritos que han sido diseñados desde su origen para ser practicados por hombres, o por mujeres, o de manera mixta, eso no tiene nada de malo, lo inadecuado y hasta diría estéril es que un grupo de mujeres practicaran un rito masculino o viceversa, dado que en cada caso existen elementos simbólicos, filosóficos, esotéricos, psicofísicos, ritualísticos, culturales, etc. propios a la naturaleza de quienes lo practican (hombres, mujeres o o grupos mixtos).
Recordemos que la masonería en sus tres primeros grados es Universal y libre de ritos, por lo que estos empiezan del grado 4º en adelante, tal como el mismo Rito Escocés Antiguo Aceptado (REAA) ha señalado y reiterado en sus conventos de Lausana y de Ginebra. Bajo esta premisa los 30 grados que componen en su conjunto el REAA han sido diseñados desde su origen como masculino, eso no es ni malo ni bueno, simplemente así es. Hay otros que son mixtos desde su origen, pero hasta el momento no conozco un rito masónico femenino, y en su caso su construcción deberá estar a cargo de las propias mujeres, tomando en consideración los ritos femeninos antiguos y modernos, y la relación y actividad en el arte de la construcción que también y por cierto es tan remota como la de los hombres, de lo cual también existe testimonio documental.
Los "landmarks" (marcas) no se inventaron por nadie, ya lo hemos señalado aquí en no pocas ocasiones: son antiguos usos y costumbres, normas de derecho NO ESCRITO, que hacen ser a la masonería lo que es y no otra cosa y que todos los masones conocemos independientemente de nuestra nacionalidad, lengua, logia, obediencia y rito practicado. Son, comparados con los sistemas jurídicos contemporáneos, similares a los denominados “Principios Generales del Derecho”, que de acuerdo a nuestras constituciones están por incluso encima de las normes escritas y que por cierto cambian según el tiempo y el lugar, la idiosincrasia, la cultura, etc.
Pero siempre se confunden estas normas con la interpretación y “codificación” que hicieron de ellas Anderson y sobre todo el escocista Mackey, y que al pasar a países como los nuestros con sistema jurídico romano germánico esto es de derecho escrito (el derecho ingles y anglosajón en general es primordialmente de derecho no escrito) se han tomado como una especie de tabla mosaica, dictada por la divinidad y no como lo que son, simples interpretaciones que de acuerdo a un momento y lugar determinado hizo un hermano como podemos hacerla todos y cada uno de nosotros, pues de otra forma habría una delicada contradicción con los principios de libertad e igualdad proclamados secularmente por la masonería. Es en estos “landmarks” interpretación de Mackey sobre otra interpretación de Anderson sobre los señalados en el párrafo anterior, que se habla del no ingreso de las mujeres a la orden, así como también de “estúpidos ateos” no creyentes ni en Dios ni en la inmortalidad del alma, todos ellos conceptos que desde siempre ha desechado la masonería liberal y de donde ha venido la ruptura con la masonería denominada y con toda razón “dogmática”, actitud que a estas alturas del siglo XXI deberíamos todos de trabajar para desecharla de nuestras mentes, corazones y acciones.
Tampoco creo que haya masonerías mas perfectas que otras. Tanto la masonería masculina como la femenina y la mixta son expresiones de una sola y misma cosa que es la Masonería Universal, y las tres, lejos de ser antagónicas, son complementarias. Esta visión abona mas a la suma de esfuerzos, a la unidad, la solidaridad y la colaboración que aquellas que restan y dividen y por lo mismo debilitan a nuestra Orden, lo que si debemos trabajar todas para erradicar, repito, de nuestras mentes corazones y actos es la actitud dogmática y excluyente, que en nada abona a la orden y si la hace caer en una ruta decadente y diría que hasta suicida como organización, tal como lo muestra el texto “mujeres y masonería” sujeto a comentarios en este grupo.
Saludos fraternales,
AUTOR: José Ramon González, MM — 21 de diciembre de 2011
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