17 EL CASO MORGAN
PRELIMINARES
A principio del siglo XIX en los recién fundados Estados Unidos se difundieron teorías conspiratorias inculpando a los "Illuminati"; aunque para entonces sólo era una organización imaginaria y confusa para la mayoría de los norteamericanos.
Con este nombre se conoce generalmente a la "Orden de los Perfectibilistas" o "Iluminados de Baviera", sociedad secreta fundada en 1776 en Ingolstadt, Baviera, Alemania, por el profesor alemán Adam Weishaupt. 'Illuminati' en latín significa "Los Iluminados". En 1784 el Elector de Baviera intuyó el peligro que suponían los Illuminati para la Iglesia católica y las monarquías, debido a su ideología revolucionaria, igualitaria y libertaria, y aprobó un edicto contra éstos y la masonería. En 1785, el edicto se confirmó y Weishaupt salió para el exilio, en Ratisbona, para dirigir la Orden desde el extranjero y fallecer en 1830.
Los restos de la Orden de Los Illuminati tuvieron dos destinos: Europa y Estados Unidos. Así, la implicación de los restos de la Orden en Europa en la Revolución francesa está fuera de todaduda. Otra cuestión muy diferente es la prolongación de Los Illuminati en tierras norteamericanas. Si es posible asegurar que Los Illuminati desaparecieron de Europa en las primeras décadas del siglo XIX, de forma y manera absoluta, resulta inexacto afirmar lo mismo en el caso de Estados Unidos. Existen demasiadas pruebas que permiten afirmar lo contrario: el sello del dólar de Estados Unidos, algunas órdenes norteamericanas que se declaran hoy herederas de Los Illuminati y una serie de cartas que resultan reveladoras, sobre todo cartas del siglo XIX.
La carencia de empleo, en sitios como Batavia (Nueva York), y una inflación altísima, dieron lugar al sentimiento de impotencia de la gente que buscaba el consuelo, o a los culpables, en las teorías de la conspiración, en los extranjeros, en otros de diferente color o religión, con frecuencia anunciadas en los púlpitos de los evangelistas,
Mientras algunos honestamente creyeron tales teorías salvajes, otros vieron intrusiones en sus parcelas de poder, aunque en realidad no había nada ni nadie detrás de las mismas. Un claro ejemplo de estas teorías de conspiración desenfrenadas en aquel tiempo es, por ejemplo, la quema del convento y la matanza de inocentes monjas católicas en Massachusetts en 1834 -ocho años después del caso Morgan - todo porque algunos pocos ciudanos de allí "pensaron" que el Papa de Roma iba a asumir la dirección su país…
"El caso Morgan" refleja pocas diferencias. El miedo a los Francmasones y a los Illuminati era notable. El asesinato "evidente" de un individuo era la prueba final de todo para algunos: que la Francmasonería estaba fuera de la ley y la ley, en última instancia, sería controlada por éstos. Si los masones mataron a Morgan, ellos deberían ser castigados. Ningún masón está encima de la ley puesto que el segundo deber de aquél es que ame a su su país y respete sus leyes. Un acto de asesinato no es ni perdonado, ni perdonable. Docenas de preguntas e investigaciones desde aquel tiempo, sin embargo, no han logrado producir la prueba concluyente de que tal acto delictivo realmente ocurrió.
Hoy, a los anti-masones les gusta utilizar el ejemplo de Morgan para mostrar los males de la Francmasonería, ignorando a millones de hombres honestos quiénes han sido miembros durante más de 250 años, con el hecho, importante, de que nunca más se ha vuelto a repetir una historia de esta clase en la Orden masónica.
LOS HECHOS
Ríos de tinta, dentro y fuera de los Estados Unidos, han corrido sobre la muerte de un anti-masón llamado "el capitán William Morgan". Lo que con frecuencia no se dice son los detalles completos que rodean este turbio asunto. Aquí, un breve resumen sobre algunos hechos:
1. William Morgan nació el 7 de agosto de 1774 en el Estado de Virginia (EE.UU); murió -supuestamente- en 1826, en Batavia, Estado de Nueva York. En 1819 estuvo casado con una muchacha de dieciséis años y dos años más tarde se traladó al Canadá donde se hizo destilador. El fuego destruyó su cervecería y lo redujo a la pobreza; posteriormente se trasladó en 1823 a Rochester, en el Estado de Nueva York, y posteriormente cambió su residencia a Batavia (Nueva York) en 1826.
2. El había frecuentado logias durante ese tiempo, pero no hay ninguna prueba documental que demuestre dónde él había sido iniciado, a pesar de tener un conocimiento bastante completo del ritual. Le fue negada la admisión a la logia local y al Capítulo del rito de York en Batavia y hubo alguna razón de tal rechazo. Sin embargo, algunas fuentes manifiestan que él recibió en el Rito de York el Grado de Arco Real en Le Roy (Nueva York) en 1825. Cuando propusieron un nuevo Capítulo en su propia ciudad, su nombre estaba entre los peticionarios pero por alguna objeción hecha de nuevo lo dejó fuera del mismo.
3. Resintiéndose de esta acción, Morgan, al parecer, buscó la amarga venganza y estableció una conspiración con el redactor del periódico local para publicar un libro contra la Francmasonería, bajo el título de "Free-Masonry exposed and explained" (La Francmasonería expuesta y explicada), en el cual revelaba los secretos de la misteriosa institución y reprodujo todos los rituales masónicos.
4. Algunos informes indican que David C. Mills, el redactor de periódico, había recibido el grado de Aprendiz pero por problemas surgidos contra él le habían impedido progresar en la Orden. Esto, según algunos eruditos masónicos, podría haber dado lugar a su interés para participar en la conspiración de Morgan.
5. Esto causó un gran resentimiento en la ciudad y el edificio de periódico fue incendiado pero sin ningún daño serio. Como consecuencia de este acto fueron procesados cuatro francmasones y tres enviados a la cárcel (aunque los masones ofrecieran una recompensa por el culpable y algunos afirman que fue el propio Mills quién prendió el fuego).
6. Morgan fue detenido en varias ocasiones por diversas denuncias, algunas verdaderas y otras al parecer falsas, posiblemente por la instigación de los masones locales. En una de estas ocasiones, un hombre vino a pagar la fianza de Morgan para ponerlo en libertad y desde aquél día (el 11 de septiembre de 1826), supuestamente nunca más se le vió otra vez. Los informes de algún "testigo ocular" cuentan haberlo visto siendo llevado por un grupo de tres hombres que portaban antorchas: Loton Lawon, Nicholas Chesebro y Edward Sawyer, tres masones, fueron acusados, condenados y cumplieron condenas por el secuestro de Morgan. El presunto homicidio causó un fuerte impacto en la opinión pública neoyorquina. Los informes de otro "testigo ocular" indican que le dieron un caballo y un carro y montaron a un caballo de distancia sólo. Había por lo menos informes del media docena "de testigo oculares" que estaban en desacuerdo los unos con los otros. Desde entonces, varias explicaciones han sido dadas en el transcurso de los años, la más frecuente la de que Morgan había sido asesinado por los masones. Poco después de su desaparición David Cade Miller editó su libro, que constituyó un éxito de ventas debido a las circunstancias que rodearon su publicación.
7. Un año después de que Morgan dejara la cárcel, un cuerpo mal descompuesto fue encontrado a alguna distancia de la población, cerca del río Niágara, un cadáver no identificado, se presentó como el cadáver de éste y dio lugar a la formación del Partido anti-masónico. La viuda de Morgan primero dijo que no era su marido y fue enfática al señalar la diferencia en la altura de cuerpo, los rasgos faciales, el color del cabello, etc. Más tarde, ella cambió su versión. ¡Los informes son tales que el cadáver cambió varias veces de aspecto!
8. Una tal Sra. Monroe demandó que éstos eran los restos de su marido y aquellos restos fueron entregados a ella después de una investigación. Los enemigos de masonería no lo creyeron entonces ni lo creen ahora.
Hay historias que sitúan a Morgan en otras tierras, pero a pesar del interés de miles de eruditos y aproximadamente 39 investigaciones oficiales diferentes, el misterio es tan oscuro ahora como lo era entonces. Su muerte se supone que ocurrió el 13 de septiembre de 1826; una estatua de William Morgan está emplazada en uno de los lugares públicos de Batavia, siendo solemnemente inaugurada en 1882, y financiada por grupos anti-masónicos de los EE.UU.
CONCLUSIONES
Con una victoria sólida sobre Gran Bretaña y enormes cambios que ocurrían en el nuevo país, los americanos de ése tiempo afrontaron "un vacío de enemigo". La gente "buscó un nuevo malo" sobre quien echar las culpas de sus problemas. Sociedades secretas, se creía, eran una amenaza muy seria para la frágil nueva república, y los francmasones debido a su secretos se hicieron el "enemigo público numero uno". Su fervor había sido aumentado por la publicación de recientes trabajos sobre el "Illuminati" que buscaban el control mundial.
Era una época difícil para la gente corriente que afrontaba difíciles retos. El objetivo de su cólera podría ser descubierto fácilmente: ellos eran los líderes de la comunidad y de los negocios. Ellos eran influyentes en todas las condiciones sociales. Ellos se encontraban juntos en edificios lujosos y bien construidos, que llevan la ropa que muchos de los otros sólo podían codiciar. La desaparición de William Morgan y los celos por el aparente bienestar de los francmasones hizo una maravillosa "causa popular", alrededor de la cual los políticos querían ganar el apoyo de su pueblo.
A pesar que la Francmasonería rechazó cualquier compasión con los que podrían haber decidido castigar a Morgan por su supuesta maldad, esto hizo poco para apaciguar el resentimiento que creció y floreció en esta pobre y deprimida área del país, donde el paro era extraordinariamente alto y donde la gente estaba dispuesta a creer todo lo que podría explicar sus desgracias.
Es improbable que alguna vez sepamos loa que realmente le pasó a William Morgan. Más de 180 años nos separan de los hechos que se complicaron más con el furor que condujo a la formación del Partido Anti-masónico en los Estados Unidos, hasta los contemporáneos de Morgan fueron incapaces de solucionar el misterio. Esto permanece hoy como "un misterio masónico". A pesar de las reclamaciones hechas por los enemigos de la Francmasonería, ellos no saben más que el resto de nosotros. Nunca hubo un incidente similar en ninguna otra parte del mundo.
Para abonar más la remota intriga, posteriormente a los hechos citados, la viuda de Morgan se hizo una de las esposas de Joseph Smith quien entonces fundaba la secta religiosa de los Mormones. Esta conexión de anti-masones con objeciones, tanto de la Francmasonería como del Mormonismo, produce en éstos algún tipo "de gancho". Desde luego, no encaja que la viuda de un supuesto asesinado por los masones se casase con un hombre que también lo fue: que Morgan estaba contra la masonería y su viuda decidió entonces casarse con alguien que se haría masón ... ¿confuso, verdad?
Es importante de recordar que los fuertes sentimientos que dieron lugar al partido Anti-masónico no han sido limitados con el odio de masonería sola. En 1834, por ejemplo, una muchedumbre anti-católica prende fuego a un convento en Charlestown (ahora Somerville), Massachusetts y el año siguiente, Samuel F. B. Morse (mejor recordado como el inventor del telégrafo) publicó su "Conspiración Extranjera" que hizo de manual para los que hicieran una cruzadas contra lo que ellos pensaban era un complot de para ganar el control de los Estados Unidos.
Ya va siendo hora que la facción anti-masónica dejara de emplear este cansino bulo porque no hay ninguna prueba fehaciente que demuestre que Morgan fuera asesinado; desapareció en extrañas circunstancias y en una época confusa.
Autor: Simbólico Laurisilva
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